Uno tiene que reconocer cuando las cosas salen como le gustan. En el caso del show que Comparsa Maceio dio el sábado 28 de febrero en Rumi, el selecto local de Pampa y Figueroa Alcorta, se hace necesario decir que trabajar ahí resultó un verdadero placer. Como es nuestra costumbre, llegamos al lugar con bastante antelación. En poco tiempo el staff de músicos y bailarines estuvo completo. Al ser nuestra primera vez en esta casa llevamos una formación reducida, integrada por cuatro bailarinas, tres bailarines, ocho músicos y nuestra pasista. Nos encontramos con un lugar muy cómodo donde preparar los vestuarios, con espacio suficiente para cambiarnos y gente predispuesta a ayudarnos y facilitarnos todo lo necesario para montar nuestro espectáculo con celeridad y sin contratiempos.
Con puntualidad la batucada hizo ingreso a la pista alrededor de las dos de la mañana haciendo redoblar sus tambores para el deleite de los concurrentes. La primera entrada dispuso ante los espectadores una sección de percusión que junto a los sensuales movimientos de la bella pasista preparó luego de que se callara el último tambor el ingreso del grueso de la comparsa, al son de la Festa do Interior en la garganta de Gal Costa. Una vez que la troupe estuvo en la pista, era el momento de invitar a la concurrencia a sumarse a la danza. Al principio los invitados, quienes desconocían la mecánica de nuestras presentaciones, se mostraban tímidos de ingresar a la pista donde Maceio brindaba su perfomance de brillos, plumas y glamour. Pero de a poco se fueron animando y en apenas unos minutos el colorido de nuestros chicos y chicas se mezcló con la efervescencia del público, que ya sin ataduras se entregó a la fiesta.
Una segunda vuelta de batucada y pasista, esta vez más larga y rica en coreografía, preparó la despedida del lugar. Ésta se produjo en medio de la ovación cerrada en la que prorrumpieron aquellos que nos vieron en acción en esta oportunidad. Una vez más llegó para nosotros el momento de la retirada. Pero nos fuimos con la plena satisfacción que otorga el deber cumplido y el adicional que nos dio sabernos en un lugar donde el profesionalismo es la regla. ¡Hasta la vuelta, Rumi! ¡Esperamos pronto estar allí de vuelta!
Con puntualidad la batucada hizo ingreso a la pista alrededor de las dos de la mañana haciendo redoblar sus tambores para el deleite de los concurrentes. La primera entrada dispuso ante los espectadores una sección de percusión que junto a los sensuales movimientos de la bella pasista preparó luego de que se callara el último tambor el ingreso del grueso de la comparsa, al son de la Festa do Interior en la garganta de Gal Costa. Una vez que la troupe estuvo en la pista, era el momento de invitar a la concurrencia a sumarse a la danza. Al principio los invitados, quienes desconocían la mecánica de nuestras presentaciones, se mostraban tímidos de ingresar a la pista donde Maceio brindaba su perfomance de brillos, plumas y glamour. Pero de a poco se fueron animando y en apenas unos minutos el colorido de nuestros chicos y chicas se mezcló con la efervescencia del público, que ya sin ataduras se entregó a la fiesta.
Una segunda vuelta de batucada y pasista, esta vez más larga y rica en coreografía, preparó la despedida del lugar. Ésta se produjo en medio de la ovación cerrada en la que prorrumpieron aquellos que nos vieron en acción en esta oportunidad. Una vez más llegó para nosotros el momento de la retirada. Pero nos fuimos con la plena satisfacción que otorga el deber cumplido y el adicional que nos dio sabernos en un lugar donde el profesionalismo es la regla. ¡Hasta la vuelta, Rumi! ¡Esperamos pronto estar allí de vuelta!
Visite Nuestro Sitio Web: